La historia del archivo de la
Nobleza en Toledo descubre la riqueza del legado documental de una gran parte
de la historia de nuestro país. Es un Archivo Estatal dependiente de la
Secretaría de Estado de Cultura. Fue creado en el año 1993 como Sección Nobleza
del Archivo Histórico Nacional y desde 2011 tiene entidad independiente. Está
situado en el Palacio Tavera de Toledo. Los fondos documentales que alberga son
archivos nobiliarios, todos ellos producidos o acumulados por la Nobleza
Española. Ha tenido un enorme protagonismo social, político y económico en la
historia de España e Iberoamérica a lo largo de los siglos.
Se pueden encontrar colecciones
documentales de archivo y Mapas. Allberga 2637 metros lineales de
documentación. Conserva más de 250 archivos familiares de muy diversas
características, contenido y ámbito geográfico, aunque por su volumen e interés
histórico destacan los Archivos de Osuna, Frías, Fernán Núñez, Aledo, Baena,
Bornos, Mendigorría o Luque. Entre el rico acervo patrimonial nobiliario
hallamos el eco documental de América, ya que muchos virreyes de Perú y Nueva
España fueron nobles titulados; algunos de ellos dirigieron su conquista y
colonización; otros invirtieron en la Carrera de Indias, de forma que sobre
todo en los siglos XVIII y XIX el azúcar caribeño permitió que se amasaran
grandes fortunas, germen de algunos de los principales bancos españoles del
siglo XX; y tampoco faltaron los altos funcionarios de Ultramar decimonónicos
vinculados a la aristocracia.
De esta manera, prácticamente en
todos los 253 fondos del archivo puede rastrearse la especial vinculación de
España y América en los últimos quinientos años.
Año de creación: 1993
Cuenta una profesora de historia
y arte del archivo que la documentación que allí se custodia proviene de
los nobles que han decidido dejarlo allí. El 'oficio' de archivero o archivera
hoy en día converge entre el gusto por la historia y la investigación y
convertirse en un sibarita de los escritos refinados de otra época que
atesoran letras y símbolos como joyas preciadas y únicas.
Las personas que trabajan en un
archivo pueden ser: facultativos, auxiliaes o ayudantes. Este, en concreto, se
gestiona de una forma especial. Al Archivo llegan documentos donde es
requisito imprescindible que se mantenga el orden con el que llegan los
documentos. Lo más importante es la limpieza. Si tienen hongos, por ejemplo, se
tratan en conservación. Se usan instrumentos muy sencillos: lápices, gomas de
borrar, esponjas especiales para limpiar documentos, brochas, guantes o lupas.
Es curioso el soporte de los domumentos, dice la profesora; el pergamino es más
resistente, el papel es más frágil y por tanto es necesario poner mayor
cuidado.Se folian y se leen para transcribirlos. Una vez que están transcritos
se digitalizan y se pasan a la plataforma PARES (archivos
del estado y nuevas tecnologías).
Perviven muchos tipos de
documentos: fundaciones de señoríos, privilegios reales, pleitos,
testamentos, correspondencia real y/o privada o árboles genealógicos. Están
escritos en latín y también en castellano antiguo o portugués.
Recordamos en nuestra
conversación a los maestros calígrafos y escribanos, a los monjes y a los
historiadores que trazaron a mano letra artesana, procesal, humanística,
bastarda española e inglesa.
Ahora estos documentos están
expuestos en vitrinas. Al visitante le impresiona el edificio en conjunto, pero
sobre todo, el patio, al archivero los documentos y la literatura o contenidos
que muestran: en muchos casos se encuentran secretos o son enlaces para
descubrir otros momentos históricos.
Como curiosidad cuenta que también
ha sido escenario de rodaje de películas, como Viridiana y Tristada, de Luis
Buñuel y la superproducción “Los tres mosqueteros” de Richard Lester.
También se rodaron varias escenas de series de televisión, como Fortunata
y Jacinta, rodada en 1980, la contemporánea Águila Roja, "The promise" o Still Star Crossed.
El archivo es un enriquecedor
proyecto de visita para los niños o estudiantes también. Cuando los niños o el
visitante descubre los instrumentos para llevar a cabo el proceso de limpieza,
lectura y archivado, ¿qué va a encontrarse?. Imaginamos un espacio rodeado de
documentos, libros antiguos y códices. Sentado, algún monje aferrado a
una pluma grande que muestra una gran letra capital comenzando a escribir algún
documento. También escribanos o 'escribanas' con trajes de época que nos cuentan
y nos sumergen en un precioso oficio convirtiéndonos en curiosos investigadores,
descubridores de grandes secretos. Seguro que aprenderén a descifrarlos a
través de símbolos y aprenderán palabras que ya no se usan y otras que nos
aportarán significados de las que ahora usamos.
El archivo actualmente cuenta con una sala de investigación, para docentes e investigadores.
Gracias.